Después de perder los padres, un orangután de tres años de edad estaba tan deprimido que se rehusaba a comer y no respondía muy bien a los tratamientos y remedios. Los veterinarios creían que se dejaría morir. Un perro viejo fue encontrado perdido en los alrededores del zoológico, y cuando fue llevado para dentro de la sala de tratamiento, se encontró con el orangután, los dos se volvieron amigos inseparables.
El orangután encontró una nueva razón para vivir y se esfuerza al máximo. Su nuevo amigo lo acompaña en sus actividades.
Pasan todo el tiempo juntos y podemos ver, por sus sonrisas y risotadas, cuan felices son.
Juntos descubrieron el lado agradable de la vida y el valor de la amistad.
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