Una manada de elefantes desfila tranquilamente por el lobby del hotel en busca de sus deliciosos mangos.
Los animales avanzan de dos en dos dirigidos por su matriarca llamada Wonky Tusky el personal del hotel y los visitantes se han acostumbrado a la irrupción de los paquidermos que regresan cada mes de Noviembre y se quedan de 4 a 6 semanas para consumir esos mangos tan especiales.
El Parque Nacional posee una extensión de 5,000 millas cuadradas. La manada cuenta con 10 fortísimos ejemplares todos adultos.
Andy dice: « Los elefantes se comportan muy razonablemente cuando alternan con el personal del hotel, como se aprecia en las fotos anexas.
Nosotros no permitimos a los huéspedes que se acerquen demasiado».
No son agresivos, pero no queremos provocarlos. Ha sido decisión de ellos regresar todos los meses de noviembre durante los últimos 10 años.
« Nuestra política es mantener una distancia segura y permitir a los visitantes que aprecien el espectáculo pero sin olvidar que son animales salvajes y peligrosos ».
Andy Hogg, el gerente del hotel ha vivido en el Parque Nacional de Luangwa Sur desde 1982. En todos estos años de contacto con los elefantes, afirma que nunca ha conocido de otra interacción tan íntima entre humanos y animales salvajes.
Lo más importante acerca de estos animales salvajes -explica Andy- es
la naturalidad con la cual atraviesan las premisas del complejo
El Hotel Mfuwe Lodge consiste en siete cabañas aparte de la principal que es la que atraviesan los animales. La nómina es de unas 150 personas y hasta ahora no se ha reportado jamás un incidente.
« Los huéspedes pueden
permanecer en el lobby tras una barrera de protección que instalamos.
El hotel está en un idílico parque nacional. La temporada de máxima
ocupación es noviembre: Andy dice que la mayoría de los huéspedes se registran
a causa de esa experiencia única en su especie. Este fenómeno es en realidad
una vista magnífica en un lugar también magnífico.
En Animascotas nos alegramos que la gente del Hotel haya respetado el curso de la naturaleza, consideramos que ese sembradío no es de los humanos, aunque hayan comprado el terreno y construido en el, los mangos son y serán por siempre de los consumidores naturales y originarios de ese lugar: los elefantes.
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